lunes, 26 de noviembre de 2012

LOS JOVENES LA ESPERANZA DE NUESTRA FE


Hace algún tiempo estuve conversando con un joven que me decía que porque los adultos creen que lo saben todo y que muchas veces no quieren escuchar a un joven basándose en su “experiencia de vida” y que a él esto lo deprimía y no le permitía seguir esforzándose en ser una mejor persona. Al inicio me costó hacerle entender que no se trataba de un camino fácil el lograr hacer entender a un adulto que los jóvenes también pueden caminar por el camino correcto con la ayuda de ellos y que  como joven él podría dar ejemplo de una vida correcta y ser también guía para un adulto.
Cuando Pablo le escribe a Timoteo (1 Tim 4, 12) le dice: “Que nadie menosprecie tu juventud”, siendo este un claro llamado de atención para los adultos a respetar a los jóvenes y más bien tratar de ser amigos y compañeros en esta etapa de constantes cambios y montañas rusas de emociones que pueden llegar a ser muy confusas y difíciles de sobrellevar si en vez de tener una amigo se tiene a un desconocido alado de uno.
Y la instrucción que da Pablo a Timoteo es bastante clara, le dice: “Procura en cambio, ser para los creyentes modelo de la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en la fe, en la pureza”. Ese es el llamado que tienen nuestros jóvenes hoy en día, a ser ejemplo de vida, a ser verdaderos mensajeros de la Buena Nueva de Dios, a ser SANTOS y mártires en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
En nuestra comunidad hay muy buenos ejemplos de jóvenes que luchan por ser mejores en el colegio, por ser buenos hijos y por llevar a otros jóvenes al camino de Dios. Muchos de estos jóvenes han sido un medio de cuestionamiento para sus padres y los padres han terminado preguntándose qué ha pasado con sus hijos que ahora tratan de vivir como Dios manda.
 Muchos jóvenes están muertos en vida y el mensaje de Jesús es claro y sencillo, “Joven, Yo te lo ordeno, levántate”. Y esa es la responsabilidad que tenemos todos, el ayudar a la juventud a levantarse y seguir caminando.  Tenemos que recordar que los ahora jóvenes serán los futuros adultos y que si no se forman en esta etapa de sus vidas será mucho más difícil y doloroso el proceso de formación cuando sean adultos.


Algo importante como católicos que somos es el vivir LA NUEVA EVANGELIZACION y parte de esta es convertir a la familia en un lugar de profunda evangelización ya que en el mejor lugar en el que se pueden forjar jóvenes de bien, es en la familia.
Nuestra Iglesia celebra el año de la fe y este es un llamado a recobrar nuestra identidad como cristianos para darle un renovado impulso y a retomar nuestra amistad con Cristo que nos da la vida en plenitud.
Su hermano, en Cristo Jesús.